La mejor experiencia de mi vida: Niagara Falls!!

No hay mejor manera de entender lo que se siente, que viviéndolo uno mismo, así que desde aquí animo a todo el mundo que quiera venir a Estados Unidos, a que haga una parada en Niagara Falls, porque sin duda alguna, merece muchísimo la pena.

El viaje comenzó el viernes pasado (25 de Septiembre). Nos fuimos Raquel y yo (españolas) a New York City, donde cogiamos el autobús hacia Buffalo, NY. cogimos el autobús en la 12avenue con la 34 street. Por lo que tuvimos que andar como 15 minutos para llegar a la parada. Allí había muchísima gente que viajaba a diferentes sitios de América, como Boston, Washington, Toronto, Buffalo... y ahí estábamos nosotras dos, intentando descubrir cuál de todas las filas teníamos que hacer jaja Cogíamos el bus a las 12 de la noche, con la compañía "Megabus". Nos costó ida y vuelta 115$. No los conseguimos por el mejor precio, pero estábamos dispuestas a pegarnos 8h de bus para ver el gran espectáculo de la naturaleza.

Tras 8h de bus, continuas paradas y un horrible aire acondicionado del autobus en el que casi morimos congeladas, llegamos a nuestro destino, Buffalo NY, ciudad donde se encuentran las catarátas del lado americano. De allí, cogimos otro bus directo a Niagara Falls, que nos costó 5$ ida y vuelta y 1h aproximadamente de viaje. Era el típico bus urbano, también con el aire acondicionado a tope por carreteras y autopistas. Un poco raro, pero nos dejó en la frontera entre USA y Canadá.

Para pasar al lado de Canadá, hay que cruzar el Rainbow Bridge (Puente del arcoiris), y ahí es cuando empezamos a ver todo lo que nos esperaba por delante. A nuestra izquierda, USA, a nuestra derecha, Canadá. Y en mitad, las hermosas catarátas. Vistas desde el puente no me parecieron gran cosa, pero por supuesto mi mentalidad cambió cuando bajamos al barco.

Decidimos coger el barco en el lado canadiense ya que nos habían dicho que era mejor el recorrido (mentira). El recorrido era el mismo, pero quizá algo más caro en Canadá. Nos costó unos 19$ y valió mucho la pena pagarlos. Nos dieron un chubasquero rojo y nos adentramos en el "Maid of the Mist Boat". Había wifi gratuito por las inmediaciones, lo que facilitó que pudiera chulearme un poco por whatsapp del sitio en el que estaba. No tuvimos que hacer apenas cola, fue todo muy rápido. Duró unos 20 minutos el paseo por el barco, y se me pasaron rapidísimo. Primero nos enseñaron las cataratas americanas, con una gran altura y más tarde nos adentramos en las canadienses, cuyo nombre es: Horseshoe Falls. Se llama así porque simula a una herradura de caballo. Fue increíble, nos empezamos a mojar muchísimo, como si estuviera lloviendo, y teníamos justo en frente la catarata. Es una sensación que no puedo explicar, que sin duda me maravilló. Era tal la caida, que con el agua que caía se creaba una nube de agua que impide ver el final de la catarata, pero a pesar de eso, fue un momento super especial. Todos con nuestros móviles, intentando grabar para el recuerdo el momento, pero sin duda, deje el movil por un momento, para disfrutar del espectáculo que tenía justo delante.

Tras coger el barco, fuimos andando por toda la orilla canadiense de las catarátas hasta llegar a la cima de la Horseshoe Fall, donde pudimos ver mucho mejor cómo era realmente. Desde arriba, viendo los barcos abajo es impresionante la sensación. Vértigo, emoción... muchos sentimientos. Tras andar todo el paseo, volvimos de nuevo cerca del Rainbow Bridge, donde había siitios para comer, restaurantes y demás. Allí,

comimos una riquísima hamburguesa canadiense, que sin duda me encantó. Con salsa barbacoa, lechuga, carne, bacon, ketchup, mahonesa... y unas patatas fritas de acompañamiento. Y nada caro, 8$.

Como podéis observar por las fotos, es un poco extraño porque se ven grandes edificios en medio de esa naturaleza. A mi también me sorprendió un poco, pero la verdad es que me lo esperaba mucho peor. Pensaba que sería mucho más feo y que no me gustaría, pero las vistas son alucinantes. Por supuesto, sería más bonito si no hubiera nada construído en las inmediaciones...pero estos americanos y canadienses ya sabemos cómo son.

Con las pilas repuestas, nos volvimos al lado estadounidense a conocer mejor la otra zona, pues sabíamos que había más atracciones aparte del barco. Así que tras pasar la policía y pagar 50 céntimos, nos fuimos llegamos al otro lado. Esta parte está mejor conservada, en el sentido de que es mucho más verde, más tipo parque con miradores a la catarata... en ese sentido me gustó mucho más el lado estadounidense, pero desde aquí no puedes apreciar la Horseshoe Fall, lo que hace fundamental pasar a Canadá para verlo por completo. Por lo que en la parte de USA, fuimos a una atracción llamada "Cave of Winds" (cueva de los vientos), donde pagamso 14$ y nos regalaron chanclas y chubasquero, en este caso, amarillo. Tuvimos que hacer una cola de casi una hora de espera, pero... merecía la pena, pues lo mejor estaba por llegar.

Nos hicieron la típica foto montaje para que luego la compres. Demasiado caro para el bolsillo de una au pair, y con nuestros super móviles, conseguimos fotos mejores y reales. En esta atracción, bajas un ascensor y te adentras en una cueva, ya que tienes que atravesar la montaña de la catarata, y llegas a la mismisma American Falls. Estábamos justo debajo de la catarata. Ahora entendía lo de las chanclas y el chubasquero. Con las chanclas de dedo no hacíamos nada, e íbamos a acabar completamente mojadas. Ibas subiendo unas escaleras que te iban acercando a la catarata cada vez más. Hasta que llegamos a un punto, en el que la misma agua de la cascada te daba una ducha completa. El sonido,

olor, sabor, tacto... con todos mis sentidos disfrute de ese momento, y que sin duda quedó para el recuerdo. Ha sido la mejor experiencia. Pensaba que el barco era lo mejor que podías hacer en Niagara Falls, pero estaba

equivocada, lo mejor es estar debajo de la cascada y sentir el poder la naturaleza en tu propio cuerpo, experimentarlo de esa manera. Acabé mojadísima, pero repito, lo mejor que he hecho nunca.

Tras flipar durante un buen rato con la catarata, fotografiarnos hasta hartarnos, y soñar despiertas, salimos de la cueva y nos fuimos ya hacia el autobus de regreso a la estación de autobuses donde debíamos coger de nuevo el megabus para ir a NYC. Menos mal que cogimos el bus con tiempo, ya que tardamos 1h y media en llegar a la estación de buses. Había mucho tráfico. Y ya nos volvimos a NYC en megabus, con el aire acondicionado a tope, e intentando descansar el máximo posible. Llegamos esta mañana domingo a las 8 de la mañana a New Jersey, y directa a la cama a descansar en condiciones, tras pasar uno de los mejores días de mi vida.

Os recomiendo enormemente venir a Niagara Falls, es un espectáculo que no os podéis perder. No tuve la suerte de poderlas ver de noche, iluminadas, así que me queda pendiente volver para aquel que me quiera acompañar. Espero que disfrutéis de las fotos. No se aprecia bien, pero es un auténtico espectáculo. Si os parece increíble, imaginaros la realidad. Lo mejor es que vengáis para comprobarlo :)

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